Gracias por aceptar esta entrevista, Victorya. Nos ha brindado la oportunidad incomparable de hablar con alguien que conoce bastante bien la situación actual de Armenia.
Es difícil de imaginar lo que los armenios sienten ahora mismo. Una vez más, están experimentando un aislamiento en el espacio internacional mientras se enfrentan con la brutal invasión militar por parte de Azerbaiyán. ¿Podrías describir la situación actual vivida en Armenia, a unas semanas después del alto del fuego?
¿Cómo podría describir la situación actual de Armenia? El 31 de diciembre me encontraba en el Cementerio Militar Yerablur en Yerevan. Es difícil de imaginar que, mientras el mundo se preparaba para celebrar el fin del 2020, los padres armenios estaban enterrando a sus hijos de veinte años de edad. Y estos padres fueron los afortunados, como en ocasiones ellos se describían a sí mismos. Muchos de los padres todavía no han recibido los cadáveres de sus niños, dos meses después del fin de la guerra. Otros habían visto cómo les arrebataban a sus hijos o cómo estos estaban siendo torturados al ser prisioneros de guerra, por el Ejército azerí, sin ninguna esperanza de que volviesen algún día. Hay miles de víctimas y miles de impedidos.
Los armenios que habitaban Nagorno-Karabakh, han sido desplazados y están regresando lentamente a sus hogares. Algunos no volverán nunca, ya sea porque han perdido sus hogares o porque no se sienten seguros, incluso con la presencia de las fuerzas de paz rusas. Toda una generación, si no toda la nación, está experimentando un trauma, y el mundo en su mayoría no está interesado en hacer nada al respecto. Muchas cuestiones siguen sin estar resueltas, incluyendo los detalles de los acuerdos firmados, el retorno de decenas de prisioneros de guerra recluidos en Azerbaiyán, la demarcación de las nuevas fronteras, la pregunta sobre el estatus de Nagorno-Karabaj, ninguna de las cuales nadie se apresura a resolver.
La respuesta de la Unión Europea a la agresión azerí fue insuficiente, si no inexistente. Probablemente, solo un Estado miembro, Francia, había expresado abiertamente sus preocupaciones sobre la nueva guerra en el Cáucaso. ¿Cuáles crees que fueron la razones de este decepcionante silencio en Occidente?
Existen varias teorías sobre esta cuestión. Algunos dicen que Occidente es institucionalmente incapaz porque incluso para las sanciones contra Turquía y Azerbaiyán, que podrían ser la forma más alta de intervención, la UE requiere la aprobación de 27 Estados miembros. Ya hemos podido observar que esta unanimidad es muy difícil de lograr, incluso en casos como el conflicto griego-turco, o las sanciones contra Bielorrusia, que es un caso más sencillo, más en blanco y negro, en términos de entender quién es el villano.
Algunos otros dicen que la UE se mostró indiferente porque no tenía suficiente interés en el conflicto y ya estaba ocupada con el Brexit, el coronavirus y otras crisis internas. Se refería constantemente a la OSCE como el único marco para resolver el conflicto de Nagorno-Karabaj, pero no ha entendido que Azerbaiyán ya no quiere sentarse a la mesa de negociaciones. Esta posición fue expresada por el propio presidente Aliyev cuando menospreció los esfuerzos del Grupo de Minsk de la OSCE en muchas ocasiones y, más recientemente, en julio del año pasado.
Otra teoría subraya la importancia de Azerbaiyán como socio energético y económico de la UE. El 4 de diciembre de 2020 la Comisión Europea dio la bienvenida al “gas del Caspio” a la UE. La última parte del corredor de gas sur de 3.500 km, denominado Oleoducto Trans-Adriático (TAP), finalmente puso en marcha sus operaciones, transportando gas desde el campo Shah Deniz en Azerbaiyán a Italia. Creo que hemos visto que en su esfuerzo por avanzar hacia la diversificación energética, la UE ha olvidado el artículo 21 del TUE [2].
La respuesta real, en mi opinión, es la combinación de todos los factores mencionados con anterioridad. Este es uno de los conflictos de la Gran Europa hacia el que la UE siempre ha sido extremadamente cautelosa. El principio de la integridad territorial es una cuestión dolorosa para muchos de los Estados de la UE, por tanto, la UE nunca tendría una posición unánime que pusiera el principio de autodeterminación de los armenios en Artsakh [3] por encima de los principios de integridad territorial. Adicionalmente, la UE probablemente no quiere escalar la ya de por sí tensa situación con Turquía o poner en peligro las operaciones del Oleoducto Trans-Adriático (TAP) al enfurecer a Azerbaiyán con una reacción incluso levemente crítica. Desde su punto de vista, ya existía otra institución responsable de la mediación para la paz y la UE no tenía ningún interés en asumir ese papel.
¿Qué consecuencias podría tener el apoyo ruso en las negociaciones del alto el fuego en las futuras relaciones bilaterales entre Yerevan y Moscú? ¿Crees que a largo plazo tu país podría perder interés en fortalecer sus relaciones con la UE y, en su lugar, profundizar su integración político-económica con Rusia?
Está claro que las relaciones entre Yerevan y Moscú probablemente nunca hayan sido tan estrechas. No quiero decir mejores, solo unas relaciones más cercanas. Parte de ello es por necesidad y otra por pura simpatía. Después de todo, Rusia ha sido el único actor que intervino, aunque tarde, y paró la guerra con un alto coste para nosotros. Pero no hay nada que valga más que la vida de los jóvenes. Mucha gente de Artsakh siente que Rusia les proporciona seguridad. Y muchos liberales pro-occidentales no tienen argumentos para apoyar su postura de política exterior después de una respuesta tan distante de la UE y los Estados Unidos. Tanto Armenia como Artsakh están ahora estrechamente vinculados a Moscú y, sin lugar a dudas, eso afectará a la relación entre la UE y Armenia. Incluso pienso que la UE podría dar un paso para atrás por un tiempo para ver cómo se desarrollarán los acontecimientos. De todos modos, es demasiado pronto para juzgar ya que la guerra no ha terminado realmente. Solamente acaba de pasar de un status quo a otro, excepto que esta vez, Rusia gestiona y controla el status quo. Eso es lo único atorado en la garganta de Aliyev [4], lo que no le permite disfrutar de una victoria completa (aunque finge que sí).
¿Qué crees que podría hacerse para aumentar la conciencia sobre la situación armenia en la UE?
Hemos visto cuántos eurodiputados se pronunciaron sobre el conflicto, las agresiones y la guerra iniciadas por Azerbaiyán y sobre los incontables crímenes de guerra que tienen lugar incluso ahora después de la firma del acuerdo. Pero la discusión se cerró rápidamente cuando el Alto Representante Josep Borrell dijo que no veía ninguna forma de actuar, aparte de apoyar a los co-presidentes del Grupo de Minsk de la OSCE.
Mientras tanto, los armenios están siendo secuestrados, torturados y asesinados sin ninguna excusa ni remordimiento. Alvard Tovmasyan, de 58 años, una mujer armenia con discapacidad intelectual, está desaparecida desde el 10 de noviembre de 2020 en Karin Tak, en los alrededores de Shushi. Hace unos días, fue encontrada muerta y torturada «más allá del reconocimiento» fuera de su casa, con sus manos, orejas y pies cortados, según su hermano. ¿Escribió alguno de los medios de comunicación europeos sobre esto? Apenas encontré un artículo extranjero en el sitio web de Christian Concern. Pero, ¿podrías decirme cuántos medios hablarían de ello si un caso similar hubiera sucedido dentro de la UE? ¿Cuántas personas han criticado a Putin por intentar matar a Navalny? ¿Cuántos medios de comunicación han estado cubriendo su regreso a Rusia? ¿Por qué algunos dictadores son mejores que otros? ¿Por qué algunas vidas valen menos que otras? Esto es lo que me molesta, lo que más nos molesta a los armenios — la total ignorancia e indiferencia junto con la hipocresía. Tanto los medios de comunicación europeos como los políticos son responsables de ello.
Pero supongamos que los políticos y diplomáticos de la UE realmente se preocupan por los derechos humanos, y les importa el Derecho Internacional Humanitario. En este caso, deberían esforzarse en presionar a Azerbaiyán para que permita el retorno de los prisioneros de guerra armenios y proceder a trabajar para desarrollar algunas bases básicas para la coexistencia. Esta es la cuestión más crítica en nuestra región, en ambos países, ahora mismo. No lo es el cambio climático ni el desarrollo de las pymes, aunque todas son innegablemente importantes a largo plazo. Si la UE falla en hacer incluso esto, entonces no estoy segura de cuán veraces y resistentes son los valores occidentales y, más precisamente, europeos de respeto por los derechos humanos.
Hablando en términos más generales, ¿cuáles son las políticas de la Asociación Oriental que podrían y deberían mejorarse para que la UE desarrolle una mejor relación con sus vecinos del Este, especialmente con los más distantes como Armenia?
Los países de la Asociación Oriental tienen niveles muy diferentes de compromiso con la UE y viceversa. Algunos estados reciben más atención, acción y recursos, en primer lugar por su ubicación geográfica y, en segundo lugar, por su disposición a integrarse más con la UE. Una mejor relación es una calle de doble sentido. La Unión Europea no puede esperar una buena conexión con ninguno de los países de la Asociación Oriental si los gobiernos y, lo que es más importante, las personas que pertenecen a estos países ya no confían en la UE. Una buena relación es una calle de doble sentido. La Unión Europea no puede esperar una buena relación con ninguno de los países de la Asociación Oriental si los gobiernos y, lo que es más importante, los ciudadanos de estos países ya no confían en la UE.
En este momento, solo puedo hablar por Armenia. Durante y después de la Segunda Guerra de Nagorno-Karabaj, el vacío dejado por la respuesta distante de la UE al conflicto se llenó con la decepción de los ciudadanos armenios. Percibo dos maneras de resolver la situación: aumentar el impacto de sus acciones al denunciar las violaciones de derechos humanos o disminuir las expectativas. Entre estas opciones, considero que la segunda es más probable en este momento. La UE debería evitar la retórica pomposa de su influencia única en la región del Cáucaso Meridional y, en general, en los países de la Asociación Oriental. En cambio, debería ser más honesta con la Asociación sobre lo que puede y está dispuesta a hacer. Quizás la UE haya sido clara al respecto con el gobierno armenio pero nosotros, como público en general, no podemos saber eso. Pero al final, lo que importa es la gente. Hasta hace muy poco, el pueblo armenio tenía una gran confianza en la UE como socio y amigo. Sin embargo, probablemente pueda predecir que pronto veremos cambios en el gobierno.
Como podemos observar, las próximas semanas son cruciales para el futuro de la relación entre la UE y Armenia y, lo que es más importante, para la paz y la estabilidad en la región que cuenta con tres de los seis países de la Asociación Oriental. Una vez más, muchas gracias, Viktorya, por esta discusión verdaderamente reveladora.
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