Un cierre como los de Italia y España
Tras recordar que se solicitó a todas las tiendas no esenciales para la vida del país cerrar el pasado sábado, además de las guarderías, escuelas, institutos y universidades, el presidente Macron anunció una nueva fase en la lucha contra el coronavirus. Desde el martes a mediodía y por lo menos 15 días, se aplican restricciones al movimiento de la ciudadanía francesa: se limita a cuestiones de salud, compra de alimentos, trabajo (en caso de que el teletrabajo no sea posible), y actividad deportiva en solitario. Los grandes encuentros están prohibidos (conciertos, manifestaciones, eventos deportivos…).
El presidente Macron anunció que se aplicarían sanciones a los transgresores de las medidas, que el gobierno francés desarrollaría en un comunicado posterior.
Tales mesuras de encierro se habían aplicado ya en Italia y España. Bélgica o Grecia habían tomado medidas similares. Muchos países europeos incluso decidieron cerrar sus fronteras, seguidos por España la misma noche del lunes. La Comisión Europea también ha proporcionado recomendaciones o medidas – dependiendo de su nivel competencial – que son desarrolladas en su página web especial.
Para más información sobre las distintas medidas tomadas por los estados miembros de la UE, revisad el artículo de Político “How Europe is responding to the coronavirus pandemic”, que incluye un mapa detallando el número de casos por país.
Decisiones políticas
Todas las reformas en curso en Francia se han pospuesto a una etapa posterior, incluyendo la reforma del sistema de pensiones que ha estado causando disturbios, tanto en las calles como en la Asamblea Nacional, en los últimos 3 meses.
La segunda vuelta de las elecciones locales ha sido también pospuesta. La primera vuelta se mantuvo el domingo, a pesar de la desaprobación del Consejo Médico francés, y estuvo marcada por una tasa de abstención más elevada que para las últimas elecciones europeas (¡una primicia en Francia!).
El estado del bienestar ha vuelto
Una serie de medidas fue anunciada para apoyar al sistema médico y hospitalario, los comercios, los empleados, los autónomos…
El estado proporcionará apoyo financiero y material a los hospitales y a su personal. Un hospital militar y el ejército se movilizarán para reducir la congestión en los hospitales públicos y para apoyar al personar hospitalario y médico. Taxis y hoteles se pondrán a disposición de este personal a cargo del estado, que recibirá también un servicio de guardería específico.
Los negocios se beneficiarán de ventajas destinadas a ayudarlos a superar esta crisis, especialmente en el retraso del pago de impuestos, beneficios sociales, reembolso de préstamos bancarios, pagos de facturas eléctricas, de agua o gas… “Ningún negocio será dejado a merced del riesgo de caer en la bancarrota”, enfatizó el presidente Macron.
Los empleados asalariados se beneficiarán de un esquema de compensación de corto plazo extendido. Los autónomos y emprendedores se beneficiarán de un “fondo de solidaridad” financiado por el estado – y potencialmente por las regiones.
No se dejará atrás a los “más precarios”, añadió el presidente.
En paralelo, el apoyo del estado a la investigación, especialmente para conseguir una vacuna, continua.
Europa y el mundo
Siguiendo las recomendaciones, previamente ese mismo lunes, de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el presidente Macron anunció que las fronteras exteriores de la Unión Europea permanecerían cerradas por lo menos durante 30 días, excepto para el tráfico de servicios esenciales, bienes y trabajadores transfronterizos.
Las fronteras entre Francia y otros países de la UE permanecería abiertas, y la gente de otros países de la UE serían capaces todavía de entrar en Francia, incluyendo a ciudadanos franceses viviendo en esos países, aunque el presidente Macron recordó que la libertad de movimiento debería reducirse al mínimo e indispensable para enfrentar la expansión del virus.
La población francesa residente en el extranjero – especialmente fuera de la UE y del área Schengen – puede ponerse en contacto con sus consulados y embajadas en caso de requerir asistencia para regresar a Francia.
Una llamada a la responsabilidad individual y colectiva}
Entre las medidas anunciadas y las actualizaciones, el presidente Macron hizo un llamamiento a la responsabilidad individual y colectiva para hacer frente a la crisis. “Estamos en guerra”, dijo repetidamente. Pidió a los ciudadanos franceses que no sucumban al pánico – refiriéndose, entre líneas, a las escenas que hemos estado presenciando en supermercados los días pasados. Emmanuel Macron pidió “unidad”, “solidaridad”, “patriotismo” y “responsabilidad” en estos tiempos difíciles, reconociendo las “angustia” de aquellos separados de sus seres queridos y la dificultad de cambiar drásticamente nuestra vida diaria.
Una visión personal}
El último año y medio, Francia ha surcado olas de malestar social (chalecos amarillos, manifestaciones contra la reforma de las pensiones…), violencia policial (contra la ciudadanía, contra bomberos, contra estudiantes de secundaria, contra mujeres en las marchas del Día de la Mujer), desconfianza en el gobierno francés cuyas reformas han causado preocupación y protestas en todos los sectores públicos (educación y sanidad en particular), profundas divisiones sociales… Las noticias francesas me han dejado descorazonada, mi confianza y esperanza en nuestro estado del bienestar se han visto dañadas, y mi consideración hacia el gobierno francés se ha visto seriamente minada…
Pero el lunes por la noche, tuve que concederle cierto crédito a Emmanuel Macron. El lunes por la noche, vi a un presidente. Vi un estado del bienestar. Vi a Francia.
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