Ya ha pasado. La ciudadanía griega ha decidido en mayoría que NO acepta las condiciones de la Troika (FMI, CE y BCE). ¿Y ahora qué? Unos dicen que Grecia saldrá del euro, otros que ha sido un triunfo de la soberanía nacional, otros que es una falta de respeto hacia los acreedores o al resto de ciudadanos europeos… A mi juicio, desde una perspectiva europeísta y federalista, considero que Grecia ha sido la probeta en la que demostrar la nueva etapa política de Europa.
No se podía seguir así. Ni la Unión Europea podía seguir siendo un directorio germano acreedor que vela por el cumplimiento de medidas de dudosa efectividad, ni Grecia podía seguir engullendo millones sin acometer reformas estructurales. Los acreedores deben asumir que en su juego de especulación y chanza han perdido, jamás recuperarán el dinero invertido en Grecia con esperanza de conseguir intereses a la vieja usanza. Los griegos también están equivocados si creen que decir “Europa ens roba” les legitima moral y políticamente para hacer y desahacer.
Todo esto ha sido un cúmulo de catastróficas desdichas que encuentra su único y puñetero origen en saltarnos el paso de la unión económica y fiscal antes de proceder a la unión monetaria. Cuando en la década de los años 90 se impulsó una moneda única sin abordar cuestiones en común como la deuda o determinados impuestos muchos avisaron de esto.
Lo dicho: nos importa un rábano la Europa social, nos importa una rábano la Europa política, o sea, nos importa un rábano la Europa federal. Aquí lo que importó fue la Europa de las multinacionales, de la moneda fuerte sin deuda común ni regulación común en donde han convivido bancos centrales junto con el BCE, repitiendo el esquema nacional-supranacional-nacional en donde al fin y al cabo los Estados miembros tenían la última palabra. Y eso ha pasado: Grecia ha tenido la última palabra, porque aún seguimos creyéndonos eso de la “soberanía nacional”, de la “soberanía de los pueblos”. Los federalistas achacamos a los nacionalistas que sus pretensiones son atemporales y antieuropeas, precisamente hay que achacar a los griegos que sus pretensiones también lo son. La soberanía nacional no existe cuando hay un ente supranacional con el que comparten soberanía 28 Estados. Si no asumimos esto, no habrá Europa, habrá compendios institucionales inútiles sin autoridad que son cuestionados con un mero referéndum populista:
El referéndum ha sido una pantalla de humo. No tiene poder vinculante pero será el arma que el gobierno heleno utilice para negarse a las reformas de la Troika. ¡La democracia ha hablado! Más bien la desesperación… Si la democracia hubiera hablado habríamos sido preguntados todos los europeos.
El referéndum puede suponer un efecto dominó. Con el precedente griego, los Estados en los que los partidos filiales de Syriza tengan poder pueden seguir igualmente el ejemplo. El colapso bursátil y financiero puede bloquear el proyecto europeo y las economías europeas hasta ahora concebidas.
El referéndum asfixiaría a Grecía sí y también. Ya se votara OXI (no) o NAI (sí), Grecia se encuentra sumida en un corralito por falta de liquidez, sin capacidad para pagar y seguir comprando dinero del futuro. El Sí implicaba lo mismo que el No, con la diferencia de que el Sí supondría colaboración europea y el No aislamiento o búsqueda de nuevos socios como Rusia…
Pero los europeístas y federalistas debemos ser optimista siempre. Europa se ha enfrentado a caos y crisis superiores de las que ha salido airosa ya que nos ha hecho evolucionar. Si la 2GM impulsó la CECA y la CEE, si el fin del bloque soviético impulsó una mayor unión monetaria y la ampliación a la Europa oriental, ahora debemos avanzar hacia la unión económica y fiscal. Para ello hay que elegir opciones política federalistas y europeístas que abandonen a la Europa de las naciones y los Estados soberanos (simples) que apuesten por una mayor transnacionalidad europea.
El referéndum implica diálogo. Merkollande ya se ha puesto en marcha, en París se reunirá para hablar sobre Grecia y sobre cómo salir de este entuerto en los que ellos han participado activamente: Merkel por acción y Hollande por omisión. El problema: no sólo deben ser ellos, sino todos y en su defecto el presidente de la Comisión y el presidente del Parlamento junto con el BCE.
El referéndum muestra la cara social de la crisis. La gente responde a planteamientos populistas ante la escasez y la pobreza. Grecia es un país empobrecido, cuya conciencia nacional (de las más nacionalistas de Europa) ha sido humillada y retorcida. Esto tendría consecuencias. Si sólo se trabaja el proyecto europeo desde el miedo pasa lo que ha pasado. La gente no conoce las imposiciones de la Troika, la gente sólo sabe que puede sacar 60 euros al día, que la tasa de desempleo de los menores de 25 años roza el 50% y que las pymes desaparecen día tras día. Este No ha sido un No a esta forma de hacer Europa, seguro.
El referéndum ha implicado la salida de Varoufakis (Syriza) y Samaras (ND). En principio el ministro griego de finanzas dijo que si el Sí ganaba se iría. Ha ganado el No y dice que se va para facilitar las negociaciones… No lo entiendo: si ha ganado el No debe sentirse, al igual que el primer ministro, empoderado para negociar. Pero hay que quitarse de en medio porque esto sólo acaba de empezar ¿no?… Por cierto, el líder de la derecha griega, Samaras (antiguo primer ministro) también dimite. Algo está cambiando.
Sea como fuera, la quita es evidente y la reestructuración urgente. Ya en 2012 los acreedores hicieron una quita de la deuda de 107.000 millones de euros. Se crearon instrumentos europeos de financiación y rescate y se alargó lo inaplazable hasta llegar a hoy. Ha habido buena voluntad por parte de los acreedores y de las instituciones, pero ¡ay! Es que la banca siempre gana y lo que no puedes pretender es financiarte a coste cero, organizar unos Juegos Olímpicos insostenibles, considerar que ser peluquero es profesión de riesgo, mantener a la ERT (radiotelevisión pública) con más de 60.000 trabajadores y no crear un Registro de la Propiedad hasta hace poco, por ejemplo. Tanto los socialistas del PSOK como los conservadores de ND mintieron en los balances de cuentas y eso a la larga pasa factura. No se puede mejorar sin cambiar.
Sin más, Europa sólo tiene una salida: ser federal. La supranacionalidad será la solución al populismo y al nacionalismo. La deuda de Grecia es insostenible, como lo es el entramado institucional europeo. Seguiremos luchando para conseguir la federación Europa de los derechos y las libertades individuales, la del Estado social y del bienestar fuerte. La Europa de las personas superará a la de las naciones y los pueblos. ¡POR EUROPA!
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