Para muchos de vosotros las siglas “ESN” no os serán desconocidas puesto que la Erasmus Student Network, conocida en español como la red de estudiantes de erasmus, es una asociación que cuenta ya con sedes en cuarenta países a lo largo de Europa y que cada vez más se expande hacia fuera del continente, así como en los novecientos centros en los que la asociación ya se encuentra presente. ¿Pero qué es exactamente la ESN?
Es una asociación estudiantil que representa a estudiantes alrededor del mundo a la vez que les brinda ayuda en tanto que los participantes pueden ser tanto estudiantes de intercambio como locales que están dispuestos a hacer de la experiencia del estudiante que se encuentra fuera de su país natal algo más que lo que supondría hacer únicamente un Erasmus. Se trata de dar un valor añadido a tu experiencia Erasmus a la vez que la oportunidad de tratar y conocer gente de alrededor del mundo.
La primera pregunta que nos asalta podría ser la siguiente; ¿Qué caracteriza a ESN? Y es que en la actualidad son muchas las organizaciones formadas por voluntarios y con un componente internacional presente, pero sin duda lo que hace despuntar a ESN- y en especial ESN España- de las demás asociaciones es la pasión que desprenden. Y es que es una asociación que actúa con el corazón y el entusiasmo presentes en cada uno de los actos de los que son parte.
El pasado fin de semana, fuimos invitados a la Costa Brava para asistir al Annual General Meeting (AGM) en el que se haría un repaso de todo lo que se ha conseguido en el ejercicio anterior y cuáles eran los objetivos previstos para el siguiente periodo. Asimismo, se discutirían aspectos determinantes para la continuación de la asociación, así como nombrar a todos y cada uno de los miembros que conformarán la nueva junta general.
No sólo todos los componentes de la Junta General tuvieron que dar explicaciones sobre las decisiones que habían tomado y el motivo en el que se apoyaban, sino que además después de sus respectivas rendiciones de cuentas- como si de administradores societarios se tratasen- tendrían que responder a todas las preguntas que los miembros de la asociación, independientemente de su procedencia y rango en la misma, tuvieran el interés de hacer. Más tarde, los candidatos para la nueva junta deberían asimismo presentar su candidatura y esperar de pie en el escenario a que los miembros, de nuevo independientemente de su procedencia o rango, subieran pacientemente a pedir el micrófono para así aquellos que se volviesen a presentar pudieran responder las preguntas de los mismos.
Me llamaron la atención un par de cosas;
La primera fue que, aunque en aquel pabellón había cientos de jóvenes de diferentes nacionalidades y países, se podría palpar el espíritu de cooperación entre sedes de distintos países y regiones, a la par que un cierto orgullo mezclado con sentimentalismo cuando aquella persona cuyo trabajo se veía exteriorizado, era de tu misma nacionalidad- los aplausos cuando los responsables de la correcta marcha de ESN decían ser de tu misma nacionalidad se podían escuchar desde la estratosfera-.
La segunda, y con lo que me quedé gratamente sorprendida, fue la vehemencia con la que ESN participa en la asociación; aquellos y aquellas que participan en la misma tienen la firme creencia de que no hay que conformarse y el deber de siempre intentar mejorar lo que aparentemente ya funciona. Ir en contra de lo que no sea justo y equitativo para los muchos miembros que la conforman y para el futuro de la misma, porque al fin y al cabo el proyecto de una asociación formada por y para alumnos estriba en el buen funcionamiento y una cooperación activa entre las múltiples sedes de las que se compone la misma, así como en sus miembros y qué es lo que aporta cada uno de ellos, individualmente, para formar un movimiento imparable.
No sé si será cierto que los jóvenes de hoy en día no están comprometidos ni les importa nada, pero lo que sí sé es que los miembros de ESN son un soplo de aire fresco en una sociedad cada vez más insulsa.
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